A Pepillo, a sus dieciseis años, más que las dos cabras y el chivo que había matado el tren, lo que le dolió fue la muerte de Linda.
Era una perra de agua, su ayudante para controlar la piara y sobretodo su amiga que desde hacia 7 años le acompañaba y con solo silbarle recogía las cabras, conducía la piara, mordisqueaba a la que se rezagaba y más que nada compartía con su dueño, sólo con mirarla, sus penalidades y a veces sus alegrías.
Ocurrió a mediados de Septiembre de 1906, cerca de Archidona
Pepillo habia llevado el ganado a pastar cerca de las vías del tren, que era donde aun quedaba algo de pasto después de un torrido verano.
De pronto, a lo lejos se vislumbro una humareda que poco a poco se iba acercando hasta convertirse en una locomotora que arrastraba mas de 15 vagones.
Pepillo intentó alejar a la piara de la via con silbidos, con gritos, con la honda y casi lo consiguió.
Solo quedaron tres cabras : la Berrenda , que cojeaba y la Paloma con su chivo, que habia nacido seis dias antes,
El tren se hacia cada vez mas grande , mas cercano y mas ruidoso .
Linda, esta vez sin mandarselo su amo,corrió hacia las rezagadas para hacer su labor sin pensar en si misma.
La locomotora se echó encima como un relámpago , como un trueno, como la muerte.
Toda pasó en un santiamén .
En la vía quedaron los cuerpos de las cabras , el chivo y lo peor Linda , su perra pastor, su amiga.
Mientras Linda agonizaba el tren se alejaba, seguro de si mismo, silbando, ajeno al daño que había ocasionado.
Un segundo antes de que desapareciera a lo lejos lo columna de humo, Pepillo abrazó a su amiga y esta tras dirigirle una mirada de agradecimiento, murió.
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Tres días después del accidente, asesinato pensaba él, Pepillo desde un cerrete algo alejado de la via volvia a ver pasar el tren.
Recordaba lo sucedido y le comian los demonios.
Cavilando largamente, como solo cavilan los pastores, le vino una idea a la cabeza que poco a poco fue tomando forma hasta convertirse en el plan perfecto, según él, lo que ya se reflejaba en una mueca parecida a una sonrisa pensando en el resultado.
Pepillo lo tenia todo amarrado, o por lo menos eso pensaba él.
Si el tren había matado a su amiga y a sus cabras el creía tener derecho a vengarse de tren.
Al dia siguiente ,cogió un tablón que estaba en un montón de restos de la construcción de la vía y arrastrándolo con mucho esfuerzo lo situó sobre la vía del tren, en la salida de una curva.
Desde el mismo cerro donde le había venido la idea, esperó a que llegara el tren.
Al cabo de un buen rato volvió a parecer la humareda a lo lejos, que se fue convirtiendo en tren y mas cerca en locomotora.
El mozalbete , con los ojos como platos, no querí a ni pestañear para no perderse ni un instante de lo que creía su acto de justicia.
Llegó el tren sin aflojar la marcha. Se escuchó un fuerte golpe. El tablón fue despedido a casi 50 metros de distancia y ………………. no ocurrió nada ………. el tren siguió tan ufano, tan prepotente como si nada hubiera pasado.
Días después lo detuvo la guardia civil, y afortunadamente, después de muchas molestias la cosa no fue a mayores ya que los desperfectos en la locomotora habian sido minimos.
Bueno si no pasar nada es que le mataran tres cabras y a su perrilla Linda ……
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Al Casino de Archidona llegó el periódico ABC del dia 18 de Septiembre de 1906 y en el aparecía una versión muy distinta de dicho suceso.(Ver imagen nº2).
La noticia venía a decir que todo había sido «una gracia» del muchacho.
Por ningún lado hacia referencia a las cabras y al chivo muertos y ni siquiera mentaba a Linda y eso ……. eso es lo que más le indignaba.
Cuando le contaron a Pepillo lo que decía el periódico, este dijo algo que casi nadie entendió:
» Casi siempre lo que é , é, …. pero en los periódicos lo que é no é y lo que no é, é.»
Después de más de 111 años, Pepillo sigue teniendo razón en cuanto a los periódicos y entendemos perfectamente lo que quiso decir.
* Cualquier parecido de esta publicación con la realidad NO es pura coincidencia.
** Relato ficticio basado en una noticia real.
Pepe Mateo.
Contador de historias.