Aquel día estabamos andando por «la ruta del colesterol» ya que a Frasquito Lucena le había salido alto y a mi no había forma de bajarlo.

Le pregunté, por darle conversación, que le había dicho el médico que no podía comer y me dí cuenta que le habia pillado el dia malo, ya que después de pensar un momento, carraspeó y me contestó:

– De «tó» lo que te guste no se «pue» comer «ná». De lo demás un poquillo.

Antes de que responderle, siguió con el tono «esaborio» y añadió :

– «Es mester ver», hace 50 años pasaba hambre porque no había «pa comé» y ahora que estamos mas «desahogaos» viene lo del colesterol…….  «Dita sea».

Yo viendo el cariz que tomaba el asunto intenté cambiar la conversación y le comenté que había comprado por internet unos auriculares para el  móvil y me lo habian traido en tres dias. Le explique lo de Amazon,  que tú encargabas las cosas y te la llevaban a tu casa.

Pareció que se interesaba por el tema y Frasquito me dijo :

– «Po casi iguá que los COSARIOS»

Ahí vi el cielo abierto , pensé , ya tengo conversación para  un rato y me lancé diciéndole :

– Frasquito estas equivocado,  se dice los CORSARIOS …….

Y ya seguí  ………. Que los corsarios , que eran parecidos a los piratas pero que tenian una especie de permiso de los reyes para asaltar barcos y  ………… que si le daban parte del botin a los reyes ……… y que si patente de corso ……… y hasta le hablé de Arturo Perez Reverte, y que  …….

Lo reconozco ….. me pasé. Pero mucho más de tres pueblos …… Es que los contadores de historias cuando encontramos el  tema , cogemos la cuesta abajo y ……….

Escuchándome a mi mismo no me di cuenta que Frasquito iba a mi lado como el que oye llover y en un momento que paré mi perorata para coger aire, me interrumpió y con un tono mas alto del normal  en él, me djo :

– «To eso está mu bien , pero un cosario de toa la vida era un cosario , como el «Armason» ese. Un cosario era el que traia COSAS al pueblo. Tu le encargabas  algo , él lo compraba en Antequera o en Loja , te lo traia al pueblo y tu le pagabas el encargo».

En ese punto pensé : tierra tragame, dandome cuenta del «patón» que habia metido».

Intenté contestarle pero ya Frasquito había cambiado , como siempre que hablaba de las cosas de su juventud, ya era otro. Le había vuelto la alegría a los ojos y ya fué un torrente de palabras, ideas, recuerdos, etc …

Me habló de Antonio Mateo , que tenía la linea de autobuses a Loja y que además de llevar y traer personas incluso hasta en la baca del autobús , y muchas veces hasta gallinas, conejos y alguna  cabra, hacia «los mandaos» como buen COSARIO y cuando volvía por la tarde salian sus clientes al Prao y repartía las cosas que le habían encargado.

De pronto se le iluminó la cara, dos niveles más,  al recordar algo y me dijo :

– De Antonio  Mateo si que hay historias ……. «pa» escribir un libro ….

Y me contó la siguiente :

– Una vez una mujer de Salinas le encargó una tinaja para que la comprara en Loja , y un dia por una cosa y otro por otra no la compraba, mas que por olvido por prevención porque aquella mujer ya la había dado mas de un disgusto con otros «mandaos».

La mujer salia todos los días para preguntarle por la tinaja y Antonio le daba cualquier excusa, hasta que un día al llegar a Salinas y ver a la mujer en jarras, como la tinaja que esperaba, mantuvieron la siguiente conversación :

-Antonio Mateo : – Hoy te traia la tinaja pero se me ha roto por el camino.

A lo que le contestó la mujer – «Po menos mal que no te la había pagao».

Y Antonio , con los buenos «golpes» que tenia le respondió en tono socarrón – «Por lo mismo, viendote veni yo tampoco te la habia comprao ….».

Llegamos al pueblo y nos sentamos en el Prao, a por la cervecita, y me siguió hablando de los cosarios………. de Honorio que iba a Antequera, del hijo de Antonio , Miguel Mateo ,que era un cosario «de larga distancia» ya que hacia la ruta Trabuco – Barcelona – Trabuco  y ahí cambiaban las mercancias, «las cosas» y el autobús ademas de pasajeros llevaba molletes, madalenas, la matanza, y hasta alguna mudanza con su colchón y todo, etc  …

Malos tiempos pero buena gente. Muy buena gente y …… trabajadora.

En esas llegó el camarero con las cañas de cervezas y con dos tapas de panceta.

Frasquito se abalanzó sobre la suya después de pegarle un trago a la caña  , se la comió sin pestañear.

Yo extrañado le pregunté : ¿ Pero el médico no te había prohibido los fritos ? y Frasquito relamiéndose me contestó :

– » Si pero la panceta no estaba frita, estaba un poquillo socarrá … «.

 

Pepe Mateo

Contador de historias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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