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Aparece esta noticia en el diario ABC , Edición Andalucía.
Ocurrió el 3 de Marzo de 1964 a las 7h 20 m de la tarde.
El avión estadounidense, de la Base de Morón de la Frontera, se incendió y la tripulación saltó en paracaidas.
El reactor , un F-104-D , se estrelló en el lugar denominado El Fontaner ( Cortijo El Frontanas) .

Los servicios de socorro y la Guardia Civil localizaron rapidamente los restos del aparato y poco despues a los dos tripulantes,el Comandante Jhon J. Thomas y el Capitán Robert J. Lennar, que resultaron ilesos.

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A continuación comparto con vosotros el relato de uno de los ofiales americanos, GEORGUE C. WELS, que participó en la recogida de restos del avión siniestrado
Destaco de dicho relato, sorprendido positivamente, el trato que recibió dicho personaje de la hospitalidad de Villanueva de Algaidas y que asi lo reconoce.

(Traducido del texto en Ingles ( Ver foto))

«La Misión de la cerveza barata :
Yo supe que nuestro médico de vuelo el Doctor Lenar, estaba en el asiento de atras de un F-104D, con el Mayor John Thomas a los mandos.

Después de recibir una carga de combustible completa, Thomas redujo la potencia ligeramente para desconectar de la cisterna.

El mecanismo de desconexión falló y sacó el extremo de la tobera de repostado del F-104 que fue aspirado por el motor J79. El F-104 se incendió y Thomas y Lenar optaron por finalizar su viaje vía paracaídas.

El avión subió el morro y se fue para abajo, según me
contaron a mí, como un cohete Atlas en reversa.
Thomas aterrizó ileso. Lenar aterrizó sobre un olivo, o quizá podría decirse que aolivó. Me contó que ni siquiera perdió sus gafas.

El día siguiente, un autobús de la Fuerza Aérea llevó una docena de soldados y a mí mismo para recuperar lo que quedó del avión. Las piezas estaban repartidas por
un área pequeña. El impacto fue tan grande que piezas grandes, como un motor, se habian hundido 25 pies, unos 7,6 metros, en el suelo.

El lugar del pecio estaba a una media milla (un Km.) de una pequeña villa,Villanueva de Algaidas. Solo había un automóvil en la ciudad, un viejo Jeep .

La gente era muy amable y parecía complacida
de que nos hubiéramos estrellado literalmente en el jardín trasero de su casa.

La policía Española, la Guardia Civil, se personó para observar los procedimientos e incluso se mostraron felices de vernos.

Podría pensarse que estábamos filmando una importante película de Hollywood.

El agujero que nosotros estábamos limpiando alrededor del motor para poder extraer el mismo, era tan grande que hubo que atar latas de cinco galones a cuerdas para ir sacando en ellas la tierra.

En medio de todo esto,una concesión local instaló cerca de nosotros un mostradorcito y comenzó a vender cerveza. Esta no era una cerveza de las que nosotros hubiéramos
visto antes, venía en botellitas muy pequeñas que vendía a cinco pesetas –en nuestra moneda, realmente barato.
Cada 30 minutos o así, una voz sonora pregonaba, cerveza gratis para los americanos. Todos mis soldados salían del
agujero para obtener su cerveza a un “dime” o un “nickel”, la décima parte de un dólar.

Alrededor de medio día yo notaba falta de progreso. El agujero no progresaba en profundidad. Bastantes de mis soldados estaban relajados alrededor del agujero.
Tuve que limitar las monedas de “nickel» – cerveza” a
algunos, o hubiéramos tenido que estar allí durante meses con gran placer de los soldados y del concesionario.

Yo contacté con el joven español que poseía el Jeep a pesar de que ni él sabía inglés y yo no sabía ni una palabra de español.

Una noche, yo decidí permanecer en la pequeña ciudad en lugar de ir hasta Morón en el autobús para tener que
regresar por la mañana. Estuve en una casa de pensión por 1.25 $ lo que incluía desayuno con huevos y salchichas( que sería chorizo, seguramente).

Aquella noche, mi nuevo amigo insistió en que yo visitara una taberna local.
El dueño del bar estaba tan honrado con nosotros que toda la bebida fue por cuenta de la casa.

Después de beber un poco más de lo que deberíamos, mi amigo me invitó a su casa para cenar.
Anduvimos a lo largo de un pasillo al cual todas las casas estaban conectadas, cuando llegamos a su casa, mi amigo llamó a la puerta.
Fuimos saludados por su esposa, una mujer joven y bonita con un niño.

Cuando mi anfitrión intentó cruzar el umbral tropezó y cayó cuan largo era y quedó inconsciente por un momento.
Yo quedé frente a su esposa, su marido,en el suelo entre nosotros. No podíamos comunicarnos. Ella comenzó a reír lo
que relajó gratamente la tensión.

Mi amigo pronto recobró la conciencia y fui participe de una cena única en un nativo hogar español, en una introducción
de enganche a una vida internacional para un chico que creció conduciendo un tractor John Deere en una granja al sudeste de Illinois.

El día siguiente, mi amigo me dijo que a él le gustaba realmente mi cazadora de vuelo de la Fuerza Aérea. ¿Se la podría vender?
Yo le conté que las normas de La Fuerza Aérea lo prohibían. Él entonces me ofreció cambiármela por su chaqueta andaluza de montar a caballo.
Él había hecho mucho por mí, así que acepté el trato.

Nuestro escuadrón hizo una colecta y volvió a Villanueva de
Algaidas con suministros escolares y caramelos para todos los chicos.

Los ciudadanos declararon como una fiesta nuestro retorno. La chaqueta forrada de seda es una obra de arte, yo todavía la conservo en mi armario. Me queda perfectamente.»

Pepe Mateo.
Contador de historias.

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